Retrato

IATÃ CANNABRAVA, Brasil
por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura

La fotografía fue un salvavidas para momentos difíciles de mi vida, y desde entonces se ha convertido en un espacio psicológico especial para mi.


¿Cuál fue tu primer contacto con la fotografía?

Yo tenía entre 15 y 16 años de edad y vivía en una Escuela Secundaria Básica de Campo, en Cuba. Como yo soy hijo de exiliados políticos, fui para allá en los trazados que se lleve la vida. En el momento tuve un profesor de Inglés, Ricardo Ortega Nápoles (irónicamente, un profesor de Inglés en Cuba comunista) que me vió muy deprimido y me dió una cámara fotográfica soviética de plástico. Lamentablemente, terminé perdiéndola derretida por el sol en la parte trasera de un coche.
Hasta el día de hoy quiero tratar de recordar el nombre de la cámara. Yo era un chico un poco asustado, la cámara me protegió y me enseñó a relacionar con el mundo y con los demás. Soy una persona con cámara y otra persona sin cámara. Y yo personalmente, prefiero la persona que soy con una cámara. La fotografía fue un salvavidas para momentos difíciles de mi vida, y desde entonces se ha convertido en un espacio psicológico especial para mí. Mi primera foto la saqué en Cuba, y mi primer ensayo de color individual, fue en la Unión Soviética. O sea, una formación como fotógrafo bien específica. En mi relación con la fotografía, no me preocupa que se convierta en producto, en arte, en negocios, que sea reconocida o no.
Me complace mucho dentro de mí hacer fotografía, a presionar el botón, en mirar a través de la cámara. Toda persona tiene problemas. Pero cada uno puede construir su manera de ver la vida. Para mí, todo comenzó con una cámara de plástico rusa dada por un maestro y amigo. Lamentablemente, no nos vimos más. En el momento yo era el que fui exiliado en Cuba, hoy él se ha exiliado de Cuba. Vive en España y tiene un hijo que se llama Iatã.


Hoy además de fotógrafo desempeñás otras funciones, como curador y director cultural.
¿Cómo comenzó esto?

Todo comenzó por el contrario. Nací militante, hijo de exiliados políticos, activistas de izquierda y periodistas. Cuando hemos vivido en Bolivia, en el exilio, para pagar la comida en casa, mi madre cantaba música popular de protesta en los bares donde la izquierda se reunía. Vengo de una origen militante, viro fotógrafo, y me quedó duda entre la fotografía y la militancia, y descubro un camino entre la militancia y la fotografía. Además, también me enamoré al mismo tiempo con Photoshop y Excel. (Risas) hay una necesidad de pensar en la planificación, en los números. Siempre pensé que los ingenieros sabían organizar los cajones y artistas sabían embrollar cajones.
Y la gran mezcla de eso es lo que le dá el gestor cultural. Sea esa mezcla de distintas personas o en el mismo individuo. En otras palabras, capáz de organizar y tener flexibilidad. No hay espacio para el amateurismo. Individualmente, en parejas o en forma colectiva debe ser coherente, competente, eficiente y eficáz con su proyecto, si no estás haciendo broma a ser artista. El arte es una cosa seria, hay que tomarla muy en serio.


El paraty en foco es uno de los mayores festivales de fotografía en Brasil y en américa latina.
¿Cómo surgió la idea del evento? y ¿cuál es tu evaluación sobre los diez años del festival?

Hemos empezado muy simple. Giancarlo Mecarelli fundó el festival hace diez años (2005), junto con el equipo de Fotosite y de la Fnac, hicieron la fiesta para 40 personas. Me invitaron a ser parte del festival en la segunda edición (2006), y traje un nuevo modelo de gestión. Lo que hice fue sacar una hoja de cálculo que trataba del dinero, línea de tiempo, las fases y pasos, con el objetivo de dar al festival una característica. Hacer con que esa hoja de cálculo fuera de hecho la base de la composición de una idea más grande. No es sólo un evento, es un evento que está al servicio de un proyecto más amplio que es la educación. Por lo tanto, el número de talleres y conferencias es cada vez mayor. Es una razón para que la gente al salir de allí tenga el deseo de seguir estudiando, leyendo, informándose, frecuentando, experimentando, etc.
El festival se encuentra en proceso de consolidación administrativa, política y conceptual. Siempre hacemos preguntas, e investigaciones con el público, y las personas se quejan de las mismas cosas siempre, algunos ni siquiera se dieron cuenta que las cosas han cambiado. Tenemos un proceso nada radical, ya que sería fácil querer cambiar el festival del día a la noche. Pero el festival tiene que ser algo que fuera sostenible en dirección financiera y gestión. Un festival abarca miles de detalles, todo tiene que estar bajo control, la carretilla, la tienda de presentación, los talleres, etc. desde el inicio del año preparamos las relaciones, a quien vamos a invitar, y que hacer con aquellos que no han sido llamados, tratando de cubrir a nivel regional Brasil, la diversidad de la fotografía, sin perder al mismo tiempo las características del festival. Es un festival de experimentación y de educación de la fotografía, y que sirve como la culminación de una serie de actividades que hemos desarrollado durante todo el año en este sentido de educar y promover la fotografía. Al final es una fiesta y no un evento.


Otro gran proyecto cultural que desarrollás en colaboración con Itaú Cultural es el foro latinoamericano.
¿Podrías explicar cómo surgió la idea y cuáles son los principales logros?

La primera edición del Foro Latinoamericano nace de la idea de que si preguntases a un brasileño y a un argentino si son latinoamericanos, al argentino le tomaría unos 10 segundos para decir que sí, y al brasileño unos 12 segundos para decir que no. El brasileño no ha tenido la percepción bien resuelta a ser Latinoamericanos (independiente de la fotografía, la cultura, el arte o de la intelectualidad del país). Esto ha cambiado mucho, también, por los movimientos políticos del gobierno de Lula, que se acercaba de América Latina. Las personas también empezaron a viajar más de una región a otra, el turismo es un elemento importante de la aproximación de los pueblos.
Pero aún así no nos sentimos latinoamericanos entre los fotógrafos. No había ninguna fotografía latinoamericana que incluyera a Brasil. Y sobre esta cuestión “¿Somos latinoamericanos o no?” el primer objetivo del foro fue incluir a Brasil en esta red de la fotografía. Y, por supuesto, incluir a latinoamericana en el network brasileño. El segundo foro sirvió para consolidar estas redes de una manera más densa y coherente. Y hoy, no tenemos control de lo que ocurre, pero sí se han creado una máquina de relaciones entre el Brasil y sus colegas latinoamericanos. Brasil se unió a la región. Así que ese rol de romper con un borde, lo que tenía una lógica de la selva amazónica, de la Cordillera de Los Andes, el lenguaje, la lógica de fronteras cerradas, por fronteras abiertas a través de la universalidad de la fotografía, creo que fue el gran papel del foro. En su tercera edición, el foro quedó un poco sin saber lo que era.
Por lo que estamos preparando para el cuarto foro, rediscutiendo desde ya este papel con el conjunto de América Latina. El Itaú Cultural que es el director junto con nosotros, está muy interesado en esta discusión porque tenemos que reiventarnos todo el tiempo, el proceso es muy dinámico. Debido a que la red se ha creado y está en marcha, ahora tenemos que ver dónde se va puntear su energía.


En la misma línea que se centra en el formato de debate, a partir de 2012 se lleva a cabo el encuentro de reflexión y pensamiento en la fotografía, en colaboración con MIS (museo de imagen y sonido). ¿Podrías hablarnos más acerca de la propuesta del evento?

El encuentro se deriva de la necesidad de acercar el pensamiento académico de lo que se produce fuera de la academia, del hacer fotográfico. Los fotógrafos aman ver los eventos con fotógrafos hablando de como ellos producen sus trabajos. ¿Pero quién está pensando la fotografía? Hemos tenido tres ediciones, que ya tuvo varias actividades que eran absolutamente reflexión de la fotografía y no fotógrafos hablando de como producir.
Todos piensan que tengo algo contra la universidad porque no he hecho una universidad, pero no tengo nada en contra, por el contrario, tengo todas las ganas del mundo, que nuestros proyectos estén vinculados a un pensamiento académico, creo que la investigación es fundamental. Un país que no investiga será sometida a los que hacen investigación. Ahora, la investigación tiene que ser totalmente relacionados con el acto de hacer, y a una sociedad real, de carne y hueso.


El tema de la última edición del encuentro pensamiento y reflexión en la fotografía, fue "todo lo que hay en el mundo existe para acabar en un libro de fotografía".
¿Qué se puede decir sobre el escenario actual de publicaciones fotográficas?

Hay un boom maravilloso de creatividad, de gente que hace cosas increíbles, me dan un libro más hermoso que otro, me estoy poniendo rico de coleccionar de libros (risas). Es una forma de la fotografía mucho más público que la galería. Un fotolibro mismo que tenga unos pocos ejemplares, es más público, circula más. Es la fotografía pública por excelencia. Hemos entrado en este “boom”, somos los protagonistas de este movimiento, y nuestra visión es que el fotolibro es una experiencia.
La experiencia de preparación, distribución, y sobre todo del espectador-lector (yo nunca supe cómo definir quién está con un fotolibro en las manos), de vivir la experiencia, y no sólo un producto para acumular información, aprender, estudiar o comprender, esta es otra manera. Fotolibro está conectado a la palabra experiencia.


Fuíste fundamental para la creación de la red de productores culturales de la fotografía en Brasil (rpcfb), la organización que ha allanado el camino para que el diálogo de la producción cultural fotográfica con el ministerio de cultura y para la integración entre los realizadores. ¿Podrías hablar más de la iniciativa, y tu participación en ella?

¿Quién va hablar con el poder ejecutivo? La sociedad civil organizada. No es papel de la persona hablar con el Estado, ya que no es papel del Estado recibir la persona. Esto sólo ocurre en los países que no disponen de sistemas. La sociedad civil organiza y gestiona sus interlocutores en el diálogo con el poder ejecutivo. Si usted desea puede llamar lobby, o lo que sea. Esto es poder constituido hablando con poder constituido. Formamos una red de productores culturales en Brasil, porque era la mejor manera de agremiar el hacer fotográfico. Fueron fallidos los intentos de agremiar fotógrafos. Pero los que ya agremian los fotógrafos bajo su paraguas, como curadores, galeristas, bloggers, directores de festivales, directores de escuelas, etc.
se estaban formando otro paraguas, que es una red que hablará con el Estado. Esta es la “Rede”, ella está buscando el dinero, el apoyo, el prestigio y la consolidación. Es corporativismo tomado en serio. ¿Pero cuál es la eficiencia de eso? lenta, vagarosa, pero ha sido eficaz. Por ejemplo, hemos podido restaurar la premiación Marc Ferrez. Ahora el Estado pueden hacer cualquier cosa, disminuir o aumentar la cantidad de dinero, pero no deja de tomar el premio. Y también una serie de otros llamados públicos en los cuales la fotografía no se había introducido y comenzó a entrar. También hay una mayor respetabilidad por el hacer fotográfico, porque todo esto tomó el Instagram, teléfonos móviles, sin embargo, el panorama sigue siendo marginal.
Un artista plástico todavía vale mil fotógrafos en su status.


Como productor cultural ¿cuál es tu opinión sobre las formas de financiación disponibles y accesibles en el país para el acontecimiento de eventos e iniciativas?

Aquellos que no se adhieren a los llamados públicos, nunca ganarán. Yo me suscribo a diez, veinte por año y a veces no obtengo ninguno. Hay que participar, utilizar a los sistemas, no sólo quejarse de la burocracia. El Muro de las lamentaciones no crea proyectos y no desarrolla la fotografía.
Pero, por supuesto, esto se queda corto, que falta, falta. Tendríamos que tener al menos el 2% de los recursos de la nación dedicados a la cultura. Ahora estamos en torno a un 0,7 %. La cultura debería tener un status de Ministerio de Educación, no lo dejaría por menos. La cultura es la educación del futuro.


¿Cuál es tu evaluación del contexto de producción fotográfica en Brasil y en Latinoamérica?
¿Cuáles son los retos y oportunidades de la región?

El hacer colectivo, el abandono de la autoría como algo arraigado, muy “yo”. La primera cosa es deshacerse de esta tontería que es obtener la autoría individual de “yo hice”. Es mucho más divertido y eficaz las ideas que surgen del colectivo.
El otro reto es el de ampliar todo lo que se dijo aquí a las capas de la población, que no tienen nada de información sobre este tema. No participan, que están fuera del juego, que están excluidas del juego más importante, lo que es el juego de lo cultural.-


Sobre el autor:

Iatã Cannabrava comenzó su carrera como productor cultural en 1989, preside la Unión de Fotógrafos de São Paulo. Creador de proyectos como Foto São Paulo (2001) y La gente de São Paulo - Un centenar de miradas sobre una ciudad Antropofágica (2004). Cannabrava coordinó el primero y segundo Foro de Fotografía Latinoamericana de São Paulo, promovida por Itaú Cultural en 2007, 2010 y 2013, y desde 2006 dirige el anual Festival Internacional de Fotografía de El Paraty em Foco. Desde 2006, Cannabrava ha estado investigando la fotografía moderna brasileña y ha comisariado la exposición Modern For Ever. Como fotógrafo, IATA Cannabrava explora la transformación de las ciudades a través de su arquitectura y las cuestiones sociales. Su obra se muestra en más de 40 exposiciones y ha publicado ocho libros.
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Sobre los entrevistadores:

retratoEl colectivo Oitenta Mundos, formado por la economista y gestora cultural Manuela Rodrigues, el fotógrafo y editor de contenido Júlio Boaventura Jr, surgió en 2013 con el objetivo de investigar iniciativas de producción cultural fotográfica, sobre todo en Latinoamérica. A comienzos de 2014, se creó un blog para reunir el contenido y divulgar las iniciativas que encontrábamos a través de una serie de entrevistas con los realizadores de ese medio. Actualmente, además del contenido del blog, participamos en festivales, desarrollamos investigaciones y otros proyectos en la zona.
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