Libro: Charlas con fotógrafos latinoamericanos
144 páginas - 22,5cm x 22,5cm. Ediciones Bex - Producido por Jorge Piccini.
Eduardo Longoni, por Albertina Palacio | Francisco Mata Rosas, por Marta Patricia Montero | Sara Facio, por Giselle Otero | Andy Goldstein, por Giselle Otero | Gaby Messina, por Sol Martí | Daniel Sosa, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Adalberto Roque, por Jorge Piccini | Daniel García, por Alba Piazza | Leonora Vicuña, por Patricio M. Lueiza | Julie Weisz, por Giselle Otero | Iatä Cannabrava, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Julio Pantoja, por Diego Aráoz | Roberto Guidotti, por Carla Marty | Antonio Briceño, por Verónica Bustillos | Héctor López, por Chester Pinto | Armando Zambrana, por Bárbara Siragusa | Martín Acosta, por Gisella Ardit | Julio Larramandi, por Yailín Alfaro Guillén | Federico Bechis, por Albertina Palacio | Zaida Gozález Ríos, por eresa De Jesús Arana
DANIEL SOSA, Uruguay
por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura
Por toda América está pasando algo, aún no hay desarrollo institucional, o un lugar que los agrupe, pero hay muchos fotógrafos con trabajos buenos.
¿Para empezar contános como fueron tus primeros contactos con la fotografía?
¿y cuál fue tu camino hasta llegar al CDF (Centro de Fotografía)?
Yo empecé en el año 1990 cuando tenía 19 años en la escuela municipal de fotografía. Luego de ahí comencé a estudiar con Carlos Amérigo, fotógrafo mexicano que se vino a Uruguay y después de varios años de cursos surgió la idea de ser fotógrafo. Pero no me gustaban ni la prensa, ni la publicidad, así que no tenía claro dónde trabajar. En esa época ya trabajaba en la imprenta de la municipalidad, y se me ocurrió que sería bueno trabajar ahí, en la ciudad de Montevideo. Entonces presenté mi carpeta de trabajo, me aceptaron como fotógrafo, y comencé a trabajar en el seguimiento de la fotografía institucional de la ciudad. El archivo fotográfico de la ciudad también estaba junto al servicio de prensa, y una compañera mantenía ese archivo que corría riesgo.
Ahí comenzamos un proyecto para preservarlo y dar acceso a partir de los archivos digitales, y eso fue el inicio de mi carrera. También hacía fotografía para mí como autor, fotografía documental o de retratos antes de empezar con CDF.
¿Cuándo y cómo surgió la idea de crear el CDF?
¿cuáles fueron tus principales objetivos?
A partir del archivo que corría riesgo de pérdida, empezamos el proyecto de conservarlo, documentarlo y digitalizarlo. Partimos de la nada, teníamos como mucho un cassette de vídeo que nos había dado mi profesor de la Funarte sobre conservación de fotografías históricas. Con esa poca información empezamos a buscar recursos para poder seguir con el proyecto, y ahí surgió lo que fue el Archivo Fotográfico de Montevideo, en el año 1996. Poco a poco empezamos a difundir este archivo histórico con un cd y un sitio web, fuimos juntando fuerzas hasta que surgió la idea de crear un centro de fotografía para la ciudad. Ya en 2002 se inaugura el Centro de Fotografía, que aparte del archivo ya sumaba otras prestaciones, como la primera sala dedicada exclusivamente a la fotografía, pues en ese momento en Uruguay, la fotografía no ingresaba a todas las salas de exposiciones. Empezamos con un llamado anual para autores uruguayos, ya con un jurado que cambia todos los años, y al pasar el tiempo luego fuimos agregando fotógrafos latinoamericanos y más adelante de todo el mundo.
A partir de las salas fuimos agregando otras actividades, seguimos fotografiando la ciudad, todos los cambios que se ocurrían, proyectos grandes de documentación e investigación, también hacíamos retratos y entrevistas en distintos barrios de la ciudad. Más adelante agregamos el proyecto editorial de CDF que es un libro de autor también para uruguayos, después para latinoamericanos y arreglamos lo mismo para investigación de fotografía.
Después de esas primeras actividades el centro pasó a desarrollar eventos más grandes como las jornadas de fotografía y el festival fotograma.
¿podés contarnos un poco sobre esos proyectos?
Siempre se fueron generando capas, digo que son “capas de cebolla”, a partir del archivo histórico que es el centro de todo. Luego de comenzar con el archivo histórico fuimos generando lo contemporáneo, después las salas, más adelante las jornadas que ya tienen 10 años, el Fotograma y todo lo demás. Las jornadas surgieron a partir de la necesidad de discutir más en profundidad la fotografía. Son 3 días de charlas sobre un tema especifico. Este año es sobre fotografía de educación, pero ya pasamos por temas como archivos fotográficos, conservación, fotografía política, fotografía y sociedad, fotografía digital, o sea, cada año es un tema y la idea es tratarlos en sus diversas facetas, desde un artista, de un curador, un científico, un usuario, etc. Eso lo hacemos en un lugar con capacidad para 500 personas y en ese contexto también se hacen varios talleres y varias exposiciones vinculados al evento. Está creciendo mucho y cada vez viene más gente a participar. Con el tiempo también vimos que era necesario generar un festival como pasa en otros países acá. Además es parte de la función del centro, que es un institución pública tutora y promotora de la fotografía que se va moviendo a necesidad del medio, de buscar que cosas podemos aportar. Así surgió la idea de hacer el Fotograma, que comenzó 2007, con una convocatoria para todo el país para exponer fotografías. La idea fue muy plural y democrática al inicio, pero acabó por generar un panorama de lo que estaba pasando, y también me parecía necesario saber más quienes somos. Pues Uruguay es muy para adentro, es un país chico y muy tradicional, había poca comunicación con el mundo fotográfico exterior. Así que por un lado el festival permitió conocernos en todo el país, y después que la fotografía entre a salas donde habitualmente no ingresaba. Además también pudimos conectarnos con Latinoamérica y con el mundo exterior, creando un vínculo con expositores, con talleristas y demás en cada festival. Hicimos cuatro ediciones hasta 2013, donde el centro se encargaba de la programación, del catálogo, también del programa de televisión que se llama Fotograma tv, que documentaba lo que pasaba en el festival, y un sitio web. Después de esas cuatro ediciones, vimos que funcionaba muy bien pero también vimos que ya había cumplido su misión principal y se empezaba a repetir el contenido.
Entonces este año lo cerramos, y estamos trabajando en la creación de un festival nuevo, que va a ser más de proceso fotográfico. Esperamos lanzarlo pronto y la idea es que se hace una convocatoria y los fotógrafos se pueden presentar y trabajar durante dos años con los curadores y talleristas invitados, y eso es como el núcleo principal del festival, que va a ser más chico, pero más profundo en tiempo y en el desarrollo del trabajo de cada fotógrafo. O sea Fotograma fue más como un crecimiento horizontal de la fotografía local y la idea ahora es más como un crecimiento vertical, de profundidad del propio proceso del festival, para el crecimiento de lo individual y de lo colectivo de la fotografía de acá.
En el 10° Paraty em foco Iatã Cannabrava hablaste de la importancia de la "frecuentación" de eventos y festivales como una forma de aprendizaje y intercambio fotográfico.
¿qué pensás de eso? ¿creés que ya tenemos un circuito de festivales sudamericanos consolidado, que permita esa "frecuentación"?
Creo que el primer Fórum Latinoamericano, en la altura fue un marco importante de la fotografía, el ha continuado la impronta de los coloquios latinoamericanos que se han realizado en Cuba, Venezuela y en México (el siguiente país iba a ser Brasil, pero eso nunca sucedió) y llevó la discusión hacia los tiempos modernos con los cambios culturales y económicos de la región, sobretodo con el nuevo momento de Brasil, y eso fue un gran empuje a lo que está pasando en la fotografía Latinoamérica, sudamericana en especial. Entonces en ese primer foro nos encontramos gente con mucha historia como Pedro Meyer, Martín Parr y un montón más, una generación como la mía, de “jóvenes” (no éramos tan jóvenes), pero que estábamos comenzando en este mundo fotográfico en nuestros países. Nosotros habíamos leído y teníamos toda las historias de los coloquios latinoamericanos pero lo veíamos como algo lejano. Así que el foro fue como una explosión pues todos nos dimos cuenta que estábamos en la misma, tratando de conocer más lo que pasaba al lado, ya que en ese momento para todo sudamericano o latinoamericano sería muy fácil nombrar 10 fotógrafos franceses o norteamericanos, no lo mismo con cualquier vecino de nuestros países. Esa contradicción en el momento de la comunicaciones rápidas, más que aún tiene la circulación complicada, nos lleva todos o la mayoría a quedarnos con ese mismo pensamiento y con la necesidad de generar nuevos lazos. Intercambios horizontales y locales, y también con energía para decir bueno yo me encargo de hacer el esfuerzo desde mi país para contactarme horizontalmente y no esperar ir a Europa o Estados unidos para traer fotógrafos buenos. Buscar entre nosotros y empezar a mirarnos a los ojos y las fotos y decir, yo quiero llevar esa foto para mi país, o lo que es importante que se conozca ahí. Entonces a partir de ese momento aparecerán festivales como el nuestro y también esa red que se disparó y ya se hizo un hecho en sí mismo.
Además de ahí salieron varios proyectos como lo de la revista Sueño de la Razón, que resulta de un gran esfuerzo de cada uno, pero con la consciencia de que nos permite conocer más lo que ocurre en otros países y cada vez que nos reunimos nos sorprendemos de la cantidad de producciones que tenemos en Sudamérica, y todo lo que no sabemos de lo que pasa en nuestros países vecinos. Y bueno eso hace diez años ha sido impensado, era un sueño de muchos, y gracias.
Podés hablar un poco más acerca de la revista sueño de la razón, que surgió en el foro latinoamericano.
¿cómo fue su desarrollo y como está el proyecto actualmente?
Actualmente editamos una revista por año. Estamos por sacar una nueva edición con el tema Frontera, que ya está editada, solo estamos terminado el diseño y luego se publica. Tenemos un sitio www.suenodelarazon.org, donde se pueden ver todas las revistas. Ya estamos por la quinta edición, y para nosotros mismos es una especie de milagro, pues ya lleva muchos años en ese proceso que es complejo pues todos tenemos realidades muy diversas, vivimos en países muy distintos. Todavía hemos logrado con esta unión que en dos días cuando nos juntamos la editamos. Los temas ya decidimos en las primeras reuniones y a partir de ahí vamos produciendo cada uno en su país, después presentamos los trabajos y la editamos. En su ya larga vida, la recepción de la revista ha sido muy buena, y está permitiendo también encontrar la fotografía sudamericana en otros lugares, está llegando en Europa y EUA y también cada uno de los editores en su país se encarga de difundirla internamente.
Actualmente está en medio digital, pero también se hacen 50 copias imprensas, las cuales cada uno de los editores se hace de mochilero, entra por sus aduanas como puede, y distribuye las revistas gratuitamente.
¿Creés que aún hay pocos eventos dedicados a la reflexión y discusión de la fotografía en latinoamérica, como el foro de São Paulo y las jornadas proponen?
Falta alguno más, pero ya hay bastante. Son diversos y eso es una cosa buena. Tienen perfiles y formas de producción distintas, unos institucionales, otros hechos por organizaciones sociales, o con fondos privados, y la diversidad de contenido es muy grande también. Todavía está la discusión de como cambiar el formato, y creo que nadie lo ha logrado aún. Todos decimos “bueno este formato ya está acabado” o “hay que empezar otra cosa” pero nadie tiene la piedra mágica, que te diga de cómo hacerlo. Capáz que nos falta seguir desarrollando, la parte de formación es lo que tenemos que trabajar más, por eso estamos tratando de ese tema especialmente en las jornadas de 2014, porque creemos que es muy necesario en nuestro país, y en latinoamérica también.
Tenemos que apuntar herramientas para formar usuarios, formar más personas en fotografía, en ver imágenes, sobretodo en esos tiempos en los cuales las imágenes son muy parecidas y la mayoría de la gente tiene poca formación. También la formación curricular no está metida en la fotografía, o no enseña la televisión como decodificar esos medios que son tan presentes en nuestra vida hoy. Entonces creo que ahora el reto para los festivales es de cómo profundizar la etapa de la formación en nuestros países.
¿En tu opinión cuáles son los principales retos de la educación visual en uruguay, y en latinoamérica?
Por un lado creo que llevar la formación para todos los públicos, tratar de profundizar el acercamiento del lenguaje fotográfico y por otro lado cómo hacer para que se acerque más a lo fotográfico la academia. Eso es algo que recién se está empezando a pasar por acá, pero en latinoamérica en general hay pocos lugares donde formarse, o profundizar el desarrollo personal.
¿Ya existe una carrera de fotografía en las universidades del país?
No hasta ahora se dan algunas materias fotográficas en las carreras de comunicación, hay algunas en bellas artes también, y recién ahora un universidad privada está por presentar una carrera de fotografía para el año que viene.
Podés hablar acerca de la estructura de financiamiento del CDF, ¿los eventos como el fotograma y las jornadas tienen auspicios propios?
El CDF es parte de la municipalidad, y todos somos funcionarios públicos. Somos 31 personas con diferentes perfiles, desde yo que soy fotógrafo y director del centro, hasta los que dedican a la conservación del archivo, otros fotógrafos, un actor, un investigador de historia y gente encargada de gestión, entonces se siguió diversificando y creciendo la plantilla. Desde el inicio del CDF tratamos de que la institución a la que pertenecemos sea a cargo del presupuesto del lugar, de no crecer si no crecía el presupuesto, para tener una independencia política, pues nos parecía muy importante no depender de dineros externos para funcionar, para no estar atados a contenidos o hacia donde ir en los momentos de tomar decisión.
Para los festivales y otras actividades puntuales seguimos buscando presupuesto de instituciones o empresas, la idea es que si se puede vender publicidad o conseguir fondos externos. Ahora también estamos haciendo un proceso que logramos una herramienta importante de gestión pública que nos permite vender productos y servicios, así que todo lo que tiene que ver con el festival va poder ser por ahí, y para el centro de formación que estamos armando también va servir esa herramienta. Además estamos con la posibilidad de vender servicios de conservación, documentación y digitalización a otras instituciones lo que nos va permitir también nuevos ingresos.
También vamos cambiar para un espacio más grande en el centro de la ciudad y eso va generar un crecimiento de público, y abrir nuevas posibilidades de crear más actividades aún.
¿Cuál es tu análisis acerca del escenario de la producción fotográfica en uruguay?
¿ves un gran desarrollo en esos últimos años?
Por un lado hay un cambio grande con que el CDF y las escuelas de fotografía han ayudado bastante a hacer más intercambio, pues al principio Uruguay fue muy cerrado en si mismo. Pero hubo etapa de cambio de generaciones también, está más nueva, más preocupada por aprender, por intercambiar, lo que creo que es un buen momento, pero que falta más tiempo de desarrollo de la producción local. Y lo que queremos es que la gente tenga recursos para poder producir.
También hacemos un programa de televisión, f/22 que ya lleva 6 años, y es una forma de acercarse a la fotografía de Uruguay y este año dedicamos a latinoamérica, haciendo entrevistas y otros contenidos en nuestro sitio. A nosotros mismos nos sorprende ese cambio que se ha dado, y toda la información que se ha ido acumulando en estos años en Sudamérica.
¿Cómo evaluás la integración de la región latinoamericana en el escenario de la producción fotográfica?
Creo que mejoró muchísimo, pero nos falta muchísimo por hacer también. Hay mucha gente que está tratando que eso suceda, pero aún falta todavía. Unos de los principales problemas que tenemos es la circulación de obra, que a pesar de los distintos tratados comerciales como Mercosur y otros más, la parte cultural no la abarca, o sea, no hay una facilidad de traslado de obra física. Aparte en el mundo digital estamos logrando de que cada uno pueda imprimir en su país pero algunos trabajos no permiten eso y sigue siendo un problema, la distribución y circulación de obra. Así que tenemos que buscar una forma de trabajar en conjunto para facilitar esa parte.
¿Creés que Brasil esté menos conectado en la cultura y la fotografía a latinoamérica?
Brasil cambió mucho en realidad, no por situación política sino su situación económica. Cuando el país empezó a expandirse y sus grandes empresas y sus bancos, por necesidad de crecimiento fueron para Sudamérica ahí atrás vino también todo lo cultural y toda un apertura que antes sería impensada, hacia dentro y hacia fuera. Están enseñando mas español allá, mas gente está viajando a países vecinos, cosas que antes no lo hacían. Hace 15 años, para nosotros Brasil era apenas un lugar turístico.
¿Cuáles son los países que creés que están más conectados culturalmente a uruguay?
Nosotros del CDF estamos muy interesados a lo que pasa en Brasil desde el inicio, lo que pasó con la Funarte, por ejemplo es una de nuestras referencias, la madrina del centro de fotografía, Solange Zúñiga ya fue parte de la Funarte, y fue la que nos contó toda la experiencia en detalle de que hicieron y no hicieron en el desarrollo de la política fotográfica en Brasil, como se creó y como un cambio de gobierno la destruyó.
Brasil tiene una fotografía de primer mundo en el tercer mundo, y eso tiene una doble ventaja, pues es nuestro vecino. Tiene problemas similares pero ha logrado una diversidad de fotografía con una profundidad super interesante y para mí personalmente me interesa mucho. Hemos invitado mas de 30 brasileños en todo el tiempo que tiene el CDF. También el conjunto de las políticas de México nos sirvió mucho para aprender y como marcar nuestro camino, y creo que también en el Perú hay un desarrollo impresionante de la fotografía, sobretodo con el Centro de la Imagen de Lima. Por toda América está pasando algo, Argentina también está moviéndose, aún no hay desarrollo institucional, o un lugar que los agrupe, pero hay muchos fotógrafos con trabajos buenos.
cdf.montevideo
Sobre el autor:
Daniel Sosa, fotógrafo y director del CDF (Centro de Fotografía de Montevideo).
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Sobre los entrevistadores:
El colectivo Oitenta Mundos, formado por la economista y gestora cultural Manuela Rodrigues, el fotógrafo y editor de contenido Júlio Boaventura Jr, surgió en 2013 con el objetivo de investigar iniciativas de producción cultural fotográfica, sobre todo en Latinoamérica. A comienzos de 2014, se creó un blog para reunir el contenido y divulgar las iniciativas que encontrábamos a través de una serie de entrevistas con los realizadores de ese medio. Actualmente, además del contenido del blog, participamos en festivales, desarrollamos investigaciones y otros proyectos en la zona.
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