Libro: Charlas con fotógrafos latinoamericanos
144 páginas - 22,5cm x 22,5cm. Ediciones Bex - Producido por Jorge Piccini.
Eduardo Longoni, por Albertina Palacio | Francisco Mata Rosas, por Marta Patricia Montero | Sara Facio, por Giselle Otero | Andy Goldstein, por Giselle Otero | Gaby Messina, por Sol Martí | Daniel Sosa, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Adalberto Roque, por Jorge Piccini | Daniel García, por Alba Piazza | Leonora Vicuña, por Patricio M. Lueiza | Julie Weisz, por Giselle Otero | Iatä Cannabrava, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Julio Pantoja, por Diego Aráoz | Roberto Guidotti, por Carla Marty | Antonio Briceño, por Verónica Bustillos | Héctor López, por Chester Pinto | Armando Zambrana, por Bárbara Siragusa | Martín Acosta, por Gisella Ardit | Julio Larramandi, por Yailín Alfaro Guillén | Federico Bechis, por Albertina Palacio | Zaida Gozález Ríos, por eresa De Jesús Arana
ARMANDO ZAMBRANA, CUBA
por Bárbara Siragusa / Marzo 2014
Me he pasado toda la vida a retratar este país con sus alegrías, sus frustraciones y sus pústulas.
¿Desde cuánto tiempo te dedicás a la fotografía y como empezaste?
Hace casi 30 años que me dedico a la fotografía. Comencé en el año 85 como laboratorista. Pasé un curso de un año de laboratorista y allí aprendí un mundo. Trabajaba para la revista Bohemia. Entre mis contenidos de trabajo estaba revelarle a cada fotógrafo, pero tenía que ser como a ellos les gustara, es decir, que todo el mundo no revela igual. En el laboratorio aprendí muchos secretos y considero que la mejor escuela para un fotógrafo es la prensa, sobre todo, por la inmediatez a que estás obligado.
Sucesivamente la misma revista me pasó de laboratorista a fotógrafo, me ocupaba de reportajes. Estuve mucho tiempo en la prensa cubana. La prensa te da una experiencia importante, la noticia, el reportaje. Tengo más de mil negativos archivados. Seguramente tiré muchos más pero me quedé con los que más me gustan.
Mi fotografía está marcada por dos mitades, la analógica y la digital. La gente dice que soy detractor de la fotografía digital y es cierto que en su momento le dí más importancia a la fotografía analógica.
¿Por qué escogiste la fotografía como medio de expresión?
En realidad fue por accidente, yo quería ser músico. Era un muchacho, tenía 18 años y me quedé impresionado con el laboratorio, los cuartos oscuros, los químicos con olores desagradables que ahora extraño mucho.
El cambio hacia la fotografía digital me afectó mucho. Venía de la vieja escuela y el cambio es abismal aunque el concepto es el mismo. Ahora trabajo únicamente en digital, primeramente por la inmediatéz y luego por las prestaciones que tiene este tipo de fotografía.
¿Hay un fotógrafo o más que te hayan inspirado?
Si, uno de ellos es Humberto Mayol, actual fotógrafo cubano del proyecto palomas (“Dirigido por la realizadora Lizette Vila, fue creado el 13 de junio de 2002, con la finalidad de organizar acciones que fomentan una cultura de paz para la difusión de cambios en los estilos de vida, inspirados en un precepto de inclusión del cual formamos parte todas y todos, como esencia propia de la diversidad humana. Esta labor se sustenta con la creación de obras audiovisuales y talleres que impulsan ideas, sentimientos y emociones para la construcción del desarrollo humano, como fundamento a la obra universal de hombres y mujeres de buena voluntad”).
Mayol es mi referente en la fotografía documental que es lo que hago. Fue él quien me enseñó a dar los primeros pasos en la fotografía. Igualmente puedo hablar de Henri Cartier-Bresson y Sebastiao Salgado, ni siquiera me acerco a ellos pero es lo que siempre me ha gustado, la fotografía documental.
¿Qué papel tiene Cuba, tu país, en tu fotografía?
En mi fotografía, Cuba tiene un papel fundamental. Me he pasado toda la vida a retratar este país con sus alegrías, sus frustraciones y sus pústulas. Todos los días salgo para la Oficina del historiador donde trabajo como fotógrafo de arquitectura. Trabajo para una base de datos, la llamada foto del antes y del después o sea testimoniar el antes y el después, captar el trabajo de un grupo multidisciplinario; voy registrando gráficamente cómo se va avanzando el proyecto hasta que se concluye.
¿Cuál es tu manera de trabajar en fotografía documental?
Siempre incorporando el cubano de pié en la calle. No concibo la foto documental sin el hombre y creo que sería una imagen muy fría. La foto sale cuando vas caminando. El fotógrafo ve y mira. Es la detención de la historia en un segundo, ésta es mi fotografía.
¿Cómo se logra una buena foto?
La foto está allí sólo hay que verla. Yo tengo una frase: “nosotros los que vivimos de la fotografía y para ella, tenemos el alma siempre expuesta a otra realidad”.
¿Tenés algún consejo para los jóvenes que quieren dedicarse a la fotografía?
La foto de Korda del Che, se llama “Che Guerrillero”, por su valor histórico y por lo que vivió Cuba en aquél tiempo. Es una foto que cualquier fotógrafo hubiese deseado tomar.
¿Alguna anécdota para contar?
Hace varios años, allá por los 90 en un reportaje para la prensa específicamente la revista Bohemia, la publicación mas vieja posiblemente de américa latina, después de haber trabajado casi un día completo desde las 4 de la mañana hasta las 7 de la tarde en un primero de mayo en el desfile por el día del trabajador mundial, llegué al laboratorio o cuarto oscuro y me dispuse a revelar 6 rollos o películas fotográficas de lo que había sucedido en el acto, y estando los rollos dentro del tanque y el baño revelador se fue la luz en esa parte de la ciudad quedando a oscura completamente el local sin luces de seguridad ni reloj para medir el tiempo, en mi desesperación sin querer empujé y tiré el tanque al suelo y salió todo el revelador y los rollos fueron a dar al suelo, inmediatamente los recogí y los puse en agua fría a lo que el tacto me daba, el apagón tan grande a esa hora de la noche no me permitía salir del lugar y buscar ayuda pues estaba solo, la angustia terminó cuatro horas después, cuando volví a intentar revelar mis rollos casi velados, la vida me dió la oportunidad de ver mis fotos 3 días después publicadas en la revista, la satisfacción de que mi reportaje fue salvado y la publicación cumplió su objetivo. Quizás esa es una de las anécdotas más sobresaliente en mi carrera, el susto y el resultado final quedó para la posteridad, es posible que muy pocas personas sepan de este incidente, esos son los gajes del oficio a los que tenemos que padecer los fotógrafos cubanos.
Sobre el autor:
Armando Zambrana, fotógrafo cubano de arquitectura por la Oficina del Historiador de La Habana y fotógrafo documental por su cuenta. contacto
Sobre la entrevistadora:
Bárbara Siragusa: Soy una fotógrafa italiana de vocación reciente que reside en Cuba desde siete años. En La Habana empecé a estudiar fotografía hace aproximadamente seis años y medio. En el año 2009 me inscribí en las clases de la Maqueta de La Habana, luego seguí estudiando en la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana. He participado en distintas exposiciones colectivas con varios artistas cubanos. He realizado un foto-reportaje para la revista francesa “Terra Eco”, acompañada por un periodista francés. contacto