Libro: Charlas con fotógrafos latinoamericanos
144 páginas - 22,5cm x 22,5cm. Ediciones Bex - Producido por Jorge Piccini.
Eduardo Longoni, por Albertina Palacio | Francisco Mata Rosas, por Marta Patricia Montero | Sara Facio, por Giselle Otero | Andy Goldstein, por Giselle Otero | Gaby Messina, por Sol Martí | Daniel Sosa, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Adalberto Roque, por Jorge Piccini | Daniel García, por Alba Piazza | Leonora Vicuña, por Patricio M. Lueiza | Julie Weisz, por Giselle Otero | Iatä Cannabrava, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Julio Pantoja, por Diego Aráoz | Roberto Guidotti, por Carla Marty | Antonio Briceño, por Verónica Bustillos | Héctor López, por Chester Pinto | Armando Zambrana, por Bárbara Siragusa | Martín Acosta, por Gisella Ardit | Julio Larramandi, por Yailín Alfaro Guillén | Federico Bechis, por Albertina Palacio | Zaida Gozález Ríos, por eresa De Jesús Arana
GABY MESSINA, Argentina
por Sol Martí - Marzo 2014
Hoy no me entusiasma la fotografía blanco y negro. A mí personalmente me parece que cuando hay color es una pena no registrarlo.
La primera impresión al entrar al estudio de Gaby Messina, artista visual argentina, es la calidéz que envuelve el lugar: los colores anaranjados, la luz entrando por el balcón, cada pieza ubicada en su perfecto lugar… una sensación de bienestar y tranquilidad. Luego de una charla introductoria muy amena y relajante, y de poner la pava para el mate comienza la entrevista, que más que entrevista fue una conversación entre pares.
¿Cuáles son tus inicios? Cómo te acercaste a la fotografía?
Yo estudié publicidad, en la Fundación de Altos Estudios de Ciencias Comerciales, así que vengo más de un lado que tiene que ver con la comercialización y la venta. La verdad que desde un principio que terminé la escuela no tenía claro realmente a que me quería dedicar. Mis viejos me llevaron a un lugar de orientación vocacional. Me acuerdo que me hacían dibujar, me encantó ese cursito. Me parecía genial, muy lúdico, y entonces el resultado fue que me iba muy bien con las relaciones, con las personas. Y entonces le dijeron a mi viejo: tiene turismo, publicidad… y dije, bueno, publicidad suena bien. Y así arranqué y trabajé 10 años en la parte de atención al cliente, me encantaba conocer gente nueva, era el nexo entre la marca y la creatividad. La verdad es que hoy en día agradezco esa experiencia que tuve, porque me ayuda un montón para gestionar mi propio trabajo. Empecé a quemar un poco con la publicidad, me empezó a cansar y tenía muchas ganas de hacer algo además del trabajo mismo. Entonces me anoté en un taller en el Foto Club Argentino, después hice Foto Club Buenos Aires, y de ahí en más no paré. Siempre con la fotografía blanco y negro hasta que hice un taller con Alberto Goldenstein, que se llamó “fotografiar en color o la búsqueda del color”, y me empecé a enganchar con el color y terminé enganchándome hasta el día de hoy. Tuve la suerte de conocer a Marcos López, cuando todavía era maestro, y no paré, hoy no me entusiasma la fotografía blanco y negro. A mí personalmente me parece que cuando hay color es una pena no registrarlo.
Cómo ha sido recorrer este camino?
Grandes Mujeres, proyecto que mostré a Juan Travnik quien me ayudó mucho para que yo tenga este impulso de seguir trabajándolo. Cuando se lo mostré, recién arrancaba, me dijo está buenísimo, seguilo. Marcos López también… y así presenté en el 2004 el primer trabajo Grandes Mujeres, en la fotogalería del teatro San Martín. Y fue una cosa de locos, la prensa que tuvo. Y no es que yo puntualmente había hecho, realmente hacía esto porque me gustaba hacerlo, no pensaba en dedicarme a las artes visuales. Pero realmente me sorprendió mucho la respuesta del público y fue muy gratificante para mí.
Yo creo que el tema es que llegaba, las imágenes eran accesibles a la gente, a cada uno le tocaba de distintas maneras... el ver las distintas abuelas en sus vidas, en lo que hacían...
Si, yo creo que el diferencial que tuvo ese trabajo es que se mostró la vejez pero con alegría. No desde la arruga, o desde la situación de que se acaba. Sino que es todo lo contrario, es una etapa en donde si se puede resistir un poco con las cuestiones del cuerpo, me parece que el espíritu es super efervescente, porque creo que uno se conoce y sabe que no vienen otras etapas, digamos. Y yo creo que se debe disfrutar cada segundito, si uno está dispuesto a vivir así. Yo me encontré con gente así, y no fue que elegí la gente así… Encontré mucha paz interior, serenidad. Después de atravesar el diálogo de lo que significa el deterioro del cuerpo, realmente es fabuloso ver como se puede vivir sin tantos miedos tal vez, porque el miedo a existir, miedo al ser, miedo a conocerse. Uno, los jóvenes siempre estamos mirando para adelante, al futuro, lo que vamos a hacer, lo que vamos a estudiar, adonde nos vamos de vacaciones… qué quiero ser de mi vida, quién soy, preguntas que tienen que ver también con uno mismo. Y yo creo que en esa edad uno se da vuelta y empieza a ver qué hizo, quién fue, el planteo de tu vida… y digo ojalá todos podamos llegar en paz, felices y tranquilos de que eso fue lo que sembramos y lo que dejamos, así que bueno, muy interesante.
Y ahora estás desarrollando tu último trabajo Grandes Maestros, contame cómo surge, que obstáculos tuviste en su pasaje, cómo sigue ¿cuándo lo exponés?
Yo creo que toda la obra de un artista tiene que ver con todo, que son eslabones, por algo a mí cuando fui a escuchar una charla en el Museo de Arte Moderno de Bs As, que estaban Ennio Lommi, Polesello, Le Parc, y Luis Wells, me pareció espectacular Ennio Lommi… era polémico, un viejo cabrón, un tipo que cuando abría la boca generaba quilombo… y a mí me encantó escucharlo, porque era una charla post ArteBa y empezó a decir que por que Arte Ba es un kiosco, es una verdulería… empezó a tirar cuestiones que no le importaba nada y es eso también, a cierta edad ya no te importa nada, y ya sabés que hay cosas que prefiero no decirlas, pero las que decís y te animás a decir es porque realmente pensás eso que estás diciendo. Y entonces me acerqué y le dije que me encantaría hacerle un retrato, y él me dijo que vivía en Ciudad Jardín, y para allá fui. Me acuerdo que estábamos yendo con mi asistente Virginia, muy lejos, terminé de hacer el trabajo y me nació filmar, porque me parecía genial todas las cosas que hablábamos. Y yo dije, me parece que acá empezó algo nuevo. Y hoy pasaron dos años, y todavía sigo en el proyecto. Son todos artistas visuales mayores de 65 años.
Van setenta artistas, no?
Ochenta! Tengo una necesidad de terminar para ver con todo lo que me nutrí, porque ya ahora me tengo confianza de que eso está. El tema de la improvisación y dejarse llevar, antes quizá me sorprendía, ahora también me sigo sorprendiendo pero me animo un poquito más. Ahora estoy en el momento en que estoy más concentrada y metida con el proyecto que nunca, porque estoy editando el video. Hablé con cada uno entre media hora, 20 minutos en promedio con cada uno, por 80… es un trabajo muy grande de edición.
¿Cómo es tu método de trabajo?
Mi manera de trabajar es desde la intuición, no hay otra. Es como que los proyectos, es muy mágico, aparecen cuando ellos quieren aparecer, uno no los busca, si no viene ninguno por algo es. Antonio Seguí dice “Yo voy al taller todos los días”, muchos maestros lo dicen, es un trabajo más. Estoy todo el día en el taller, y a veces pueden pasar días y no sale nada. Bueno, es momento de leer. Entonces se lee. ”No desesperarse”, y después como dice Macció, “esto viene de algún lugar, no viene de mí y yo obedezco.” Es genial, porque es así. Todos coinciden en que hay que estar metido en el trabajo para que esto venga por otro lado.
Los temas que te inspiran además de la intuición, son autorreferenciales, claramente se ve en Almas Gemelas... ¿cómo fue ese camino en lo personal y lo artístico?
Con Almas Gemelas no pude inspirarme en otra cosa que no fueran mis hijos, porque fue muy groso para mí tener gemelos. Fue una explosión en mi alma hermosa, me siento elegida. Me empezó a inquietar muchísimo la idea de tener dos hijos genéticamente iguales… pienso que la fotografía en algunos casos como el mío, es una herramienta que me dá seguridad, que me acompaña, que me ayuda a investigar, a abrir puertas, a interrogar, como que en algún punto me siento como una investigadora, como una periodista, entonces empecé a hacer un trabajo donde me encontraba en la casa de los hermanos gemelos y los retrataba, y ellos me recibieron muy amorosamente, porque yo no era una persona que los retrataba como un fenómeno de la naturaleza, sino que yo le mostraba las fotos de mis hijitos, y después de estar todo el día en la sesión de fotos volvía a mi casa y “mamá, mamá!”, y venían los dos chiquititos iguales y yo me los morfaba! Y bueno, ahí también hice fotos y video porque la gente contando sus anécdotas eran graciosas, emocionantes y fuertes. Así que bueno ese trabajo fue a partir de una necesidad de salir a ver cómo eran otras experiencias. No hay muchos libros, ni documentales de gemelos, sí hay desde el lado de una cuestión científica. Y así nació Almas Gemelas.
Contame sobre Fe, que es un trabajo distinto a los demás.
Si, el camino fue totalmente diferente, yo ya estaba cansada de salir con todos los bártulos, a hacer las fotos afuera, venía de hacer Lima, dos años de ruta… me divertí muchísimo, fue un trabajo súper surrealista, en donde el juego y lo lúdico fue la premisa. Y después con Fe, sabía y tenía la necesidad de hacer algo para adentro, ya que con Maestros fue salir. Con Fe alquilé un estudio, llevé mis cosas, y llevé un proyector de la familia, y la verdad es que dije “me quedo acá, me pongo a mirar fotos”, un espacio para mí, salir de mi casa, de la familia, de los chicos… Y me dí cuenta que había un montón de fotos que me encantaban, pero no me gustaba verme a mí de chiquita, a mi mamá, a mi papá, me encantaban mucho los paisajes que hacía mi papá. Le gustaba sacar fotos… y aparte era una manera de estar conectada con él, mirando sus fotos, como de alguna manera compartir con él ese instante, y entonces empecé a elegir fotos que me gustaban. Yo sabía que quería hacer algo con la religión, y con el tema de la muerte de mi papá, con lo que había significado, lo que había terminado en mí en relación a mi fe, cuando mi papá falleció, entonces se me ocurrió hacer pasajes bíblicos.
Volví a leer la Biblia, elegí relatos y los representé en el estudio con actores, la ropa me empezó a molestar, cuando en otros momentos el vestuario fue parte del lenguaje visual, pero en esta etapa ya se interponía, y me ubicaba en una época contemporánea y yo no quería que fuera así, algo más atemporal, y si tuviera que elegir un tiempo, que fuera el pasado, no el hoy. Entonces al sacar la ropa ya está, había un fondo blanco, un cuerpo desnudo, y comencé a trabajar de esa manera, igualando las luces de las diapositivas de mi padre. Entonces trabajaba con la proyección del fondo igualando la luz que había tenido mi padre en el momento que hizo la foto, en el estudio. Trabajé con un genio, Mainer, hicimos un trabajo muy interesante de fotomontaje, donde él hizo que se fusionaran esas dos partes. Fue un trabajo muy largo de postproducción. Y después hice estos trabajos en video, que presenté en Karaoke en el Centro Cultural Recoleta. Yo cantaba en el coro de la iglesia y tocaba la guitarra, entonces el video consiste en diferentes chicos, jóvenes, súper frescos cantando las 6 canciones representativas de la religión católica, ellos cantan un tramito cada uno. En una grabación, una de las chicas me falló y me puse a cantar yo, que estuvo buenísimo, y detrás, como fondo, son diapositivas que también encontré de mi papá cuando era muy joven, de mi mamá, cuando se conocen y se enamoran, cuando se casan, cuando nacemos nosotras… termina ni hermana y yo mirando al espejo mientras la gente canta “Cordero de Dios, ten piedad de nosotros”. Y por eso se llama Karaoke, ellos cantan y debajo está la letra así el espectador puede cantar con ellos.
Y después Cristo, que es otro video, es de una chica que desesperadamente se sube a la cruz a desclavarlo para que deje de sufrir de una vez. Y me acuerdo que había editado el libro Lima Km 100 con Gustavo Santaolalla, y entonces yo ya estaba en contacto con él, nació una muy linda amistad, Gustavo es un tipo alucinante, muy generoso, creativo, exigente. Muy generosamente vió el video Cristo, y casi de chusma le conté la interna, estoy hablando con Martín de Bajo Fondo, pensaba hacer como una música… y él me dijo, “No! La música de este video la voy a hacer yo”. Me quedé helada… se tomó un año, y me citó en el hotel Alvear, donde siempre para, me dió un juego de auriculares para mí, otro para él, y cuando empezó a sonar la música, me acuerdo que a él se le transformó la cara, su concentración, y su manera de observar con todos los sentidos la música, y a mí se me caían las lágrimas. No podía ser más perfecta. Estaba tan agradecida. Fue muy lindo, con él tenemos una relación especial… cumple el mismo día que mi papá. Y cuando presenté Fe lo hice el 19 de agosto, él pudo venir dos días después, porque festejaba su cumpleaños con un show muy importante en Mar del Plata, así que vino después, el 21, realizamos dos presentaciones. Mi papá era constructor, y justo enfrente de la galería había una obra, terminamos proyectando Cristo ahí, en el cielorraso de la obra, con sonido aéreo. Y en la parte de atrás presentamos los otros videos. Y el video Despedida - bienvenida… a mi papá lo mataron de un tiro, y nunca se supo quiénes lo hicieron, por qué, que pasó, no se sabe, y yo pude por suerte soltar esa causa y salir de ese sueño americano de justicia, y tal vez nunca se sepa, y no me va a importar mucho. Nunca tuve la fantasía de que voy a lograr encarcelar a los culpables. Me llenaría de mugre, no soy así, no podría encarar eso para mí… me llenaría de herpes. Toda mi vida desde que falleció mi papá tuve herpes, hice Fe y desapareció. Me limpió! Como el arte también puede curar…
Es que de alguna manera el arte es sacar todo lo que tiene uno adentro, el tema que uno encare siempre es de uno, algo que te molesta, que te inquieta, donde uno pone la mirada por algo, no es casual...
Yo creo que tiene que haber cierto compromiso, no? Jiménez decía que el verdadero arte es el que no salís ileso, algo pasa en vos. Y está bueno que sea así, hay algo que es verdadero. Yo creo que el artista está despierto, tiene las antenas paradas, percibe sensaciones que tal vez otras personas no ven, por sus actividades, responsabilidades. Yo estoy muy agradecida de poder tener el espacio y haber encontrado este camino, para poder tener la posibilidad de detenerme, mirarme y tener el tiempo de análisis, de reflexión. Es una necesidad, no solamente espiritual, sino corporal, como una especie de mandato, un deseo, una necesidad, una alegría, una fiesta.
¿Y la docencia te interesa?
Justo ahora me invitaron a dar una charla en el Foto Club de Buenos Aires, y en la Escuela Creativa de Andy Goldstein. La docencia me da un poco de fobia… yo no quiero ser una chanta, si tomo alumnos sé que voy a dedicarle tiempo, me considero responsable, a veces demasiado, entonces prepararía cosas, pensaría de qué manera poder ayudar a esa persona puntualmente, y eso te saca de vos. Por ahora soy un poco más egoísta y estoy pensando en mí. Pero de algo hay que vivir. Cuando armaba este espacio pensaba, que lindo recibir a algunos alumnos, hacer unos encuentros una o dos veces por semana… pero estoy tan metida con el laburo de Maestros, y hace poco presenté lo de Fe, no encontré espacio… A partir de mitad de año creo que se viene una etapa mía de creación acá dentro, que quizá pueda tener la posibilidad de dejar entrar a otras personas a este mundo, como para relajar un poco y nutrirme de otras cuestiones, no estar tan metida en mí. Puede ser, esa es la respuesta.
¿Entonces cómo seguís? Sabés que va a ser algo interno...
Estoy segura de que no voy a ir afuera. Es como un ritmo, como una pieza musical, o como el corazón mismo, como que necesitás a veces nutrirte y pasar por una etapa más de introspección, para después volver a salir. Y creo que fue un poco eso… con Grandes Mujeres salí, con Almas Gemelas salí, con Lima salí… con Fe entré. Y cuando tuve esta experiencia de entrar fue tan gratificante, pero muy movilizante a la vez. Después había que atenerse a las consecuencias de los cambios que generó en mí, desde todo aspecto. Todo el tiempo se me vienen ideas y situaciones para traer acá, si que tenga que ver con la luz… me encanta trabajar con mis luces de estudio. Siento que cuando trabajo con la luz natural siempre me falta algún rellenito… es más fuerte que yo! Cuando usás luces de estudio de alguna manera estás iluminando la realidad, y la transformás, cambia totalmente.
Así que traería mis luces, y trabajaría más como en fotografía publicitaria, sobre una mesa y ese es el set. Estuve fotografiando mucho naturalezas como si fueran tramas, las imprimí sobre tela, entonces no sé si va a haber un fondo de algo, no sé que va a haber adelante… pero está bueno ver que pasa por ahí, que puede llegar a salir. Y también me gusta trabajar en serie, me gusta encontrar un camino y experimentarlo.-
Sobre la autora:
Gaby Messina (1971) fotógrafa y artista visual. Vive en Buenos Aires. Trabajó en publicidad durante varios años hasta que comenzó a desarrollar su propio lenguaje en la fotografía y el video. Gaby retrata, registra y cuenta la historia de vida de las personas y el acceso a su intimidad mediante el establecimiento de vínculos personales profundos.
Su trabajo trata de entrar en el ámbito psicológico donde surgen preguntas sobre la existencia humana. Sus muestras individuales son Fe, en la Galería Elsi del Río, Buenos Aires; Lima kilómetro 100, en el Centro Cultural Recoleta; Almas Gemelas en el Centro Cultural Recoleta; Grandes Mujeres, en la FotoGalería del Teatro San Martín y en el Museo de Arte Moderno de Medellín, Colombia, y la presentación en Mason Murer Gallery, EE.UU. Las publicaciones de edición especial son su serie Grandes Mujeres y Almas Gemelas en el libro Gaby Messina; Lima Kilómetro 100 y Faith. Ha recibido varios premios por su producción.
Su obra se encuentra en las colecciones del MALBA, MNBA, MAMBA y Olofson Colección de Arte Contemporáneo, EE.UU.
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Sobre la entrevistadora:
Sol Martí: Fotógrafa y artista visual. Egresada de la EPAC en Galería ArtexArte, un programa educativo para artistas dirigido por Andrea Juan, Eduardo Médici, Sergio Bazan, Manuel Ameztoy y Augusto Zanela. Estudió fotografía en la Escuela de Fotografía Creativa Andy Goldstein y Cerámica Artística. Realizó diversos cursos y talleres relacionados con el arte plástico, cine y fotografía. Se dedica a la experimentación visual y a la docencia. Forma parte del grupo Furor, equipo autogestionado de artistas que intervienen espacios con muestras site-specific. Muestras colectivas en Bs As Photo (2007), con el grupo 1010100 en el Luna Park y edición del libro de la muestra (2010), “Retratos cercanos” (2011), “La del fin”, en la Sin Futuro (2013); “Cruces y desvíos” en ArtexArte (2013); “Plan de Juego Nro 3”, en El Ojo Errante, con el grupo Furor.
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