Libro: Charlas con fotógrafos latinoamericanos
144 páginas - 22,5cm x 22,5cm. Ediciones Bex - Producido por Jorge Piccini.
Eduardo Longoni, por Albertina Palacio | Francisco Mata Rosas, por Marta Patricia Montero | Sara Facio, por Giselle Otero | Andy Goldstein, por Giselle Otero | Gaby Messina, por Sol Martí | Daniel Sosa, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Adalberto Roque, por Jorge Piccini | Daniel García, por Alba Piazza | Leonora Vicuña, por Patricio M. Lueiza | Julie Weisz, por Giselle Otero | Iatä Cannabrava, por Manuela Rodrigues y Júlio Boaventura | Julio Pantoja, por Diego Aráoz | Roberto Guidotti, por Carla Marty | Antonio Briceño, por Verónica Bustillos | Héctor López, por Chester Pinto | Armando Zambrana, por Bárbara Siragusa | Martín Acosta, por Gisella Ardit | Julio Larramandi, por Yailín Alfaro Guillén | Federico Bechis, por Albertina Palacio | Zaida Gozález Ríos, por eresa De Jesús Arana
HÉCTOR LÓPEZ, Chile
por Chéster Pinto, Junio 2014
En la fotografía hay que tener pasión por lo que uno hace, hay que tener convicción y hay que tener disciplina, todo esto finalmente genera trabajo, si alguien no logra conjugar esto, probablemente y difícilmente se va a proyectar seriamente en este oficio.
¿Cómo fueron sus inicios en la fotografía?
Mis inicios no fueron nada extraordinarios, fue como todo adolescente que se aproxima a la foto puede tener. Yo te diría que fue lo mismo que ahora, sólo que en ese momento el soporte era otro, era analógico y por tanto el jugueteo que hagas con la imagen era mas costoso. Yo recuerdo que tenía un amigo con una cámara de formato 6x9 que tenía 8 cuadros no mas, entonces tomábamos 8 fotos, eso era un costo que imagínate cuando uno es chico, tiene poca plata, entonces nos gastábamos los pocos pesos en comprar rollos de 120, después eso fue variando, ya que a mi amigo le compraron otra cámara, una mamiya 500 dtl 35 mm y la compartíamos, porque éramos compañeros de curso y le tomabas fotos a las amigas, hacíamos tonteras, nos tomábamos fotos, también nos hacíamos estas famosas selfies, nos sacábamos fotos piluchos en la playa, era un constante jugar con las imágenes y es lo mismo que hacen los chicos ahora, sólo que quizás a mas temprana edad, con la única salvedad de que hoy día, las posibilidades de hacer foto son todas, puedes tomar 300 o 500 fotos si quieres en un rato y después seleccionas. En mis años teníamos que tomar de a poquitas fotos, lo que significaba, que el goce era interrupto.
¿Eso generó un impulso para dedicarse a la fotografía?
No sé, no estoy tan seguro de eso, nunca lo he pensado la verdad, pero capáz que a lo mejor eso haya sido, como era dosificado el placer de fotografiar, porque era claramente un divertimento y esto tiene que ver con el placer y el goce, entonces era como tomar un rollo de película, era el rollo y a las 3 semanas, otro rollo, quizás eso generó una ansiedad que permitió que después me dedicara, sospecho, no lo sé.
¿Cuándo estuvimos en dictadura, que generó ese impulso que te dió por salir a hacer fotos?
¿Qué significaba o que significó la fotografía en ese momento?
Lo primero es tomar la decisión, yo creo que en una dictadura como ha sucedido en Chile y en el mundo, primero, es tan fuerte lo que hay dentro de una dictadura que a uno sobretodo como joven, tiene que tomar posiciones, o estás a favor o en contra, yo estuve en contra siempre y al estar en contra, tenía algunos caminos, uno era ser el “en contra pasivo” (el que no hace nada pero está en contra), ser un “en contra militante” o en este caso, que desde tu profesión ponerte en servicio de esto que estás en contra, yo por lo pronto destaco esos 3 caminos, yo estuve en dos, el rol de militante en los bajos fondos de la militancia juvenil contra la dictadura y el de poner en servicio mi profesión, ese es otro momento importante en mi quehacer fotográfico, cuando decido que la cámara fotográfica se va transformando en un elemento para mí de denuncia de las injusticias que yo veía.
Ese es otro momento importante dentro de las decisiones en mi vida y que me marcarían para adelante en mi quehacer fotográfico, digo esto porque así yo me introduzco en este tema y luego ya viene el trabajo durante la dictadura, el trabajo fotográfico y entremedio de eso llega la AFI (Asociación de Fotógrafos independientes). Ser el presidente de la AFI durante una época, fue bien divertido, porque la AFI en algún minuto era un círculo bastante cerrado en fotografía, quizás por protección también y alojaba ahí algunos de los que tenían un espíritu mas artístico, además éramos cerrados por un instinto de protección, no cualquiera entraba a la AFI, pero ya había un gran conglomerado de fotógrafos jóvenes que necesitaban algún tipo de respaldo, una institución, alguien que pudiera abogar por ellos, ya que andaban fotografiando en la calle, todos estos colaboraban con boletines, diarios, con todo lo que pudieran ser un aporte, presentes ahí en la calle. No estaban construyendo arte, estaban construyendo documento, entonces estos fotógrafos comienzan de repente a ligarse a esta organización, la AFI , pero tímidamente, porque la AFI decía que no podían entrar, o que podían pero presentando una carpeta, etc., hasta que empezaron las conversaciones a alto nivel, una forma de decir, en las cuales los fotógrafos de la calle, donde estaba yo también y otros cuantos conocidos como Claudio Pérez, Álvaro hoppe, entre otros, de alguna manera comenzaron las conversaciones con la AFI, lo que generó una instancia en que ellos dicen okay, la AFI abre las puertas, esto a mediados de los 80, para que todo este conglomerado de fotógrafos jóvenes que andaban en la calle, ingresaran a la AFI. Al ingresar, ésta tiene un crecimiento bastante mayor y bueno en ese tiempo, hay elecciones en la AFI, entonces con todo este conglomerado que ingresó, el presidente fui yo, ya que presentamos una lista para la elección y de esa lista, salí presidente. Todo esto en el año 1987 si no me equivoco.
¿Generó consecuencias políticas ser presidente de la AFI?
En lo personal no me trajo consecuencias, yo creo que definió con mayor nitidéz todo el compromiso político que ya la tenía la AFI, el que se reflejó desde sus inicios, al principio quizás un poco mas velado, porque los ochenta eran una época dura que es cuando nace la AFI, después se empiezan a abrir espacios distintos y la AFI comienza a tener un protagonismo mucho mayor y durante nuestra época, yo creo que eso se acentuó y fue en virtud de que la democracia estaba tocando la puerta, incluso estaba empujando la puerta, por tanto lo que quisimos hacer como directiva de la AFI, fue darle mayor fuego.
¿Cómo se lograba conectar esta visión mas artística con la denuncia que ejercía la AFI y que la gente veía de una forma directa y cruda?
Es que hay dos formas de graficar una injusticia, una violencia, una desde una manera más directa y eso a partir de las situaciones y los hechos concretos que plantea por ejemplo la dictadura, la represión, pero por otro lado está esa mirada mas subjetiva, mas simbólica.
Esto en parte se grafica con la fotografía documental y el reportaje, pero no es exactamente la diferencia, solo que ahí se comienza a establecer esta diferencia, ambos estaban documentando la realidad pero de maneras distintas, unos estaban, por decirlo de alguna forma, en el frente de batalla o donde las papas queman y los otros por definiciones personales o por miedo incluso, no se atrevían a salir a la calle, por miedo a que les pasara algo, pero estaban construyendo también un discurso, quizás un poco mas simbólico, pero un discurso igual al fin y al cabo que permite construir una época y con miradas dobles, y fue bien interesante porque yo te diría que estos fotógrafos que veníamos de la calle, aprendimos mucho de eso, de conocer a fotógrafos que estaban en el otro lado, algunos como Paz Errázuriz, Felipe Riobó, Mauricio Valenzuela, ver lo que ellos estaban haciendo, que era otro tipo de fotografías, a nosotros también nos sirvió para replantearnos varias cosas y entonces se generó una especie de conflicto positivo, en el ser, en cada uno de nosotros, en función de ir avanzando y mejorando nuestro discurso fotográfico, siendo de esta forma un aprendizaje.
¿Tenés referentes?
Si algunos, pero he tenido por épocas, por ejemplo referentes chilenos como Marcelo montecino, al cuál admiraba por su manera de ver la fotografía, después cuando ya uno se va involucrando, empezaron a salir mas autores extranjeros, y ahí por ejemplo tengo a William Klein quien fue referente para una época sumamente importante, ya que aprendí que si quiero registrar la realidad, tenía que estar a un metro de ésta y el fue quien me hizo entender eso junto a su 28mm, desde ahí yo no saqué más mi 28mm de mi cámara y ahí dije.. “esto es” y amé su trabajo durante años y aún lo admiro, después seguí avanzando en esto y apareció Robert Frank, Lee Friedlander y Garry Winogrand.
¿Cómo ha sido tu experiencia como director de la carrera de fotografía en instituciones de educación y el conocer a estas nuevas generaciones de fotógrafos Chilenos?
Es algo que me gusta, yo en general no hago cosas que no me gusten o no me interesen, entonces en algún minuto yo llegué a la docencia, perdón que sea latero, pero es importante, yo estudié diseño y luego al salir de ahí, me dediqué más fuertemente a la fotografía, hacía algo de diseño y un ex profesor me invitó para ser su ayudante en la cátedra de fotografía, y yo le dije, nunca lo he hecho, el me dijo no importa.
Era laboratorio, entonces ya sabía perfectamente como desenvolverme, estuve ahí un año, y al año siguiente el profesor titular me dice, mira, yo creo que lo hiciste tan bien, las evaluaciones son tan buenas que te ofrezco que tu hagas el ramo que yo hago, “chuta dije yo”, yapo y ahí yo me dí cuenta que me encantó la experiencia de enseñar, de poder transmitir a otros lo que yo sabía, que pudo haber sido mucho o poco, pero lo que yo sabía, entregarlo, eso fue valorado y para mí fue un regocijo, ese fue el inicio y de ahí en adelante no me pude desprender más, es como también el goce y el placer de fotografiar que uno puede sentir, el ir estructurando su trabajo y esto es lo mismo, sentir y ahí me fui involucrando y hacer clases aquí y allá, después llegué a una escuela de foto como la “Alpes”, donde estaba la carrera un poco desdibujada, la cuál era fotografía publicitaria y diseño, yo ahí creé las carreras de fotografía publicitaria y fotoperiodismo, fui director ahí durante 7 u 8 años y luego tuve una tregua, donde estaba con otro proyecto que fue el crear el centro de difusión y estudio de la fotografía, ahí estaba cuando me llegó la propuesta de ser el director de la carrera de fotografía profesional en el arcos, y bueno yo estaba con muchos proyectos en esa oportunidad, lo pensé arto y al final acepté y estoy hasta la fecha, pero es una experiencia interesante en función de que yo quería entregar la experiencia que tenía, insisto, mucha o poca pero entregarla y es una experiencia que me sigue encantando, por otro lado también poder absorber de las generaciones jóvenes nuevas miradas e interpretaciones del mundo de la realidad, estas visiones de las nuevas generaciones versus las que tenía hace 15 años atrás pueden llegar a ser muy distintas, entonces yo diría que en lo personal se me cumple un poco el ciclo de aprendizaje en lo personal, entonces uno entrega la experiencia en algunos aspectos pero tu tienes un feedback del otro lado, de cómo están mirando el mundo, de un mundo con mas tecnología frente a uno que viene de un mundo mas precario en ese aspecto, son creaciones distintas y yo tiendo a pensarlo de esa manera, en un aprendizaje.
¿Como creés que está el panorama actual de la fotografía en chile para estas nuevas generaciones?
Creo que hay un terreno fértil, ya que si yo lo comparo con la precariedad que a mí y mi generación se nos dió, en todos los aspectos, comercial y artístico, hoy día es la panacea, con la imagen que hoy día es valorada por la sociedad, la fotografía hoy tiene un valor en la sociedad, entonces creo que las nuevas generaciones tienen un panorama mucho más fértil y diverso, pero a la vez complejo como siempre lo ha sido para lograr insertarse de la mejor manera dentro del mundo y eso es con trabajo, perseverancia, rigor y disciplina, sino se ve absorbido, porque igualmente hay competencia, buenos trabajos a nivel mundial, las prácticas fotográficas son mayores, hay mas gente que se dedica a esto, pero también hay más espacios y posibilidades.
¿Cómo ha sido tu experiencia como curador de exposiciones, como por ejemplo la antología visual de Claudio Pérez?
Por un lado difícil, ya que tú estás trabajando con alguien que conoces y por otro lado también es fácil porque conozco el trabajo, suena algo contradictorio, pero a mí me influyó mucho el trabajar con él, para mí no fué ningún problema, tenía claridad desde el primer día que empecé a mirar lo que había que exponer, tenía la claridad de que había que poner y lo que no, y no tuve conflicto con Claudio, ya que por algo él me pidió que fuese curador de su muestra, porque hay una relación empática entre la obra de él y lo que yo podía proponer, si tú me pides estadísticas como se piden en este país, yo te diría que a lo menos de las cosas que yo le presenté a Claudio, hubo no mas de un 5% en que negociamos por decirlo de una manera, en el cuál el tenía una postura y yo tenía otra, fue muy dúctil Claudio, aceptó muchas de las cosas que yo le dije, fue un verdadero agrado trabajar con Claudio, pese a que pudo ser una dificultad pero todo fluyó muy cálidamente y nos pusimos de acuerdo muy rápido. Por otro lado, no tengo muchas ganas de dedicarme a ser curador y vender esa imagen, no me da muchas ganas.
¿Cómo nace Pérez López Editores y cuál es su principal función?
Nace de complicidades, uno tiene complicidades con la gente en la vida, va haciendo amistades y de ahí van naciendo esto de lo que te hablo y con Claudio tenemos una amistad y una complicidad de hace mucho tiempo, de hacer cosas, involucrarnos en proyectos y hay muchos que no nos han resultado, pero ésta ha sido una iniciativa más, así surgió al final, con la idea de poder hacer libros de fotografía, canalizar nuestra energía hacia la producción de libros y buscar las posibilidades de financiamiento.
¿Qué mensaje le darías a las nuevas generaciones de fotógrafos?
Yo diría que “pasión”, aunque parezca un poco cliché, hay que tener pasión por lo que uno hace, hay que tener convicción y hay que tener disciplina, todo esto finalmente genera trabajo, si alguien no logra conjugar esto, probablemente y difícilmente se va a proyectar seriamente en este oficio y yo pienso que esas son las condiciones fundamentales, ahora, no cito el talento, ya que eso se va desarrollando.-
Sobre el autor:
Héctor es fotógrafo y editor independiente, antiguo miembro y presidente de la AFI (Asociación de Fotógrafos independientes), Director y docente de la escuela de fotografía del instituto profesional Arcos y director de Pérez-López editores junto al fotógrafo Claudio Pérez.
Contacto
Sobre el entrevistador:
Fotógrafo Profesional, realizó sus estudios en el instituto Profesional Arcos, donde se destacó por sus trabajos fotográficos basados en el documental, reportajes y la fotografía experimental. Se perfeccionó con fotógrafos tales como Claudio Pérez, Elías Lizama, Héctor López, Jorge Aceituno, Pepe Guzmán y Orlando Barría.
Autor de la exposición “Metamorfósis” realizada en el Museo de la Educación Gabriela Mistral, Corporación Cultural de Recoleta y en la Biblioteca de Independencia, además de expositor con proyecto La Faena en Festival de la Luz en Buenos Aires. Ha realizado una serie de proyectos tales como “Biopsia”, “Metamorfósis”, “Indi-Gentes” y “La Faena”.
: @chester_fotografias