Marina Cisneros
Autorretratos
Cuando la vida de un individuo se refleja activamente en el ritual, adquiere un nuevo sentido, se convierte en su vida y en algo que ha creado. Me repito casi como un mantra “la producción es lo que me salva”. En el ritual como la transición de un modo de ser a otro, resulta necesario desdoblarse para poder narrarse a través de un cuerpo fotográfico explorando el propio ser en relación con el entorno habitado, salvándose del espacio real, caótico y absurdo.
El acto del autorretrato y rituales resultan necesarios, prácticos y utilitarios para la supervivencia de este ser artista.
Estas imágenes son apenas un fragmento de un proyecto que consta de una extensa serie de fotografías digitales en formatos varios, con inicio de producción en el año 2007, realizadas de manera compulsiva. Estas imágenes son relatos fotográficos que empezaron siendo diarios, llevando la cotidianidad a las redes sociales para ser consumidas en tiempo real.
Una serie inacabada de autorretratos acompaña estos relatos que fueron convirtiéndose en rituales, en entradas y salidas a diferentes vidas. Cuando comprendí que estas acciones me permitían atravesar y sostener cada una de las yoes que habitan en mí, comprendí el poder de la imagen y la fotografía como herramienta de pensamiento.
El ejercicio de fotografiar ya no es compulsivo. Ahora es pensado.
Los rituales se convirtieron en celebraciones que me ayudan a ensayar la muerte ajena. Actualmente realizo los autorretratos aèreos con la colaboración de Matias Tapia (mi compañero en la vida y el arte), utilizando el cuerpo para dialogar sobre la existencia, el paisaje, la inmensidad que amo y al mismo tiempo me abruma. Como la vida.