Lo macro y lo micro
Daniel Núñez | San Luis
Desde que abracé con infinita pasión la fotografía hace varias décadas, sentí que tenía dos grandes oportunidades y dos grandes responsabilidades: por un lado, tratar de aprovechar al máximo una estupenda “herramienta” como lo es la fotografía, que me permitiera transmitir a otros, mensajes, experiencias y vivencias que para mi tienen un valor... Siempre sostuve que el arte en todas sus expresiones tiene un fin: esto es transmitir y corporizar un concepto, una idea y hacer tangible una experiencia determinada y si esta a su vez está acompañada por lo estético y por sensaciones que movilicen nuestros sentidos, que lleguen bien profundo y hasta estimulen un pensamiento acerca de que tenemos en cierta manera una misión para cumplir y compartir con los demás, y si eso sucedió, casi seguro entonces que ese mensaje cumplió su rol, su cometido. Por otro lado, y basándome en ese “mensaje semi oculto o encubierto”(por llamarlo de alguna manera) que pudiera tener cualquier manifestación artística –en este caso puntual: la fotografía– es que comencé a “registrar” la naturaleza en todas sus formas... pero particularmente me siento más movilizado en mostrar y compartir paisajes de lugares que parecen alejados de toda forma de vida que estamos acostumbrados a ver cotidianamente... y es ahí, en esos grandes escenarios, donde la presencia del hombre parece cobrar otro valor más trascendente y no tan “contaminado” con lo superficial, con lo efímero, con el consumismo desmesurado casi como premisa de vida, con la ausencia de grandes valores etc. de lo que nos rodeamos –y nos alimentamos– a diario en ciudades o en grandes comunidades.
He llegado a la conclusión que nos cuesta “acomodar”nuestro mundo interior con lo que tenemos a nuestro lado... sin embargo esa eterna búsqueda debería ser la más importante alianza con lo natural, con eso que se nos ha regalado y que no solo no valoramos sino que hasta nos empeñamos en destruir! Junto –y gracias a mi actividad fotográfica– fui “tomando conciencia” con todo lo que está relacionado con el medio ambiente, porque todo está inter relacionado con el lugar donde vivimos y por cómo interactuamos en él. De esa interacción no solo dependerá nuestra subsistencia en este hogar que llamamos tierra, sino que es el legado que dejaremos a las futuras generaciones. Sabemos que los recursos que tenemos son finitos... y el mal uso que hacemos de los mismos, realizado por error, por ignorancia o por mala fe, es lo que nos hace perder de vista que somos y formamos parte de un todo.
Y en esto reside la tarea que tenemos como personas, desde el lugar que ocupa cada uno, para “alinear” un espíritu de compromiso con valores positivos hacia ese todo que nos rodea. Por todo esto, es que grandes escenarios paisajísticos encontrados al recorrer distintos lugares de nuestro país (lo macro) más detalles de la flora y fauna (lo micro) que son partes estos últimos de pequeños ecosistemas pero que también hacen a un todo, se han transformado en “los estímulos” que me llevan a fotografiar, mostrar y compartir mis trabajos, como lo estoy haciendo en esta oportunidad. Quizás lo visual y lo estético de las fotografías que aquí muestro, sean elementos portadores de ese mensaje que hago mención al principio; quizás ese mensaje que intento transmitir, haga tomar conciencia que todos tenemos una responsabilidad y una misión en este mundo: la dirección y la intención de nuestros actos hacia todo lo que nos rodea; si estos son bien intencionados y respetuosos, sumarán beneficios y valores a nuestra existencia, caso contrario, estamos destinados no sólo al fracaso personal sino a la desnaturalización como especie humana.