La Pepa
Carolina Lertora | San Juan
A tan solo unos kilómetros de la ciudad, lejos de las ambiciones y del ruido, vivo desde hace mucho tiempo. Me levanto con los primeros rayos del sol, tomo los troncos y prendo la estufa a leña y los braceros para aclimatar mi hogar. Levanto a Quito por las mañanas, con mucho cuidado, siento su peso y agradezco a la virgen por despertar otro día más a su lado.
Mi casa ya huele a leños encendidos con sus sencillos pero marcados colores verdes y rojos que le dan vida. La llegada de mis nietos me colman de alegría y de placer al verlos jugar a nuestro alrededor y comienzo a sentir el rico olor a semitas caseras, ya estamos listos para el desayuno.
Me lleva todo el día mantener el orden y cuidar a mis animales, mientras me voy acompañando con mi pava que siempre está chillando por más agua para tomar unos ricos mates, luego me regocijo mirando por la ventana, repleta de orgullo y paz. Soy Pepa una mujer sencilla, creyente que vivo junto a mi amado Quito eso me llena de amor y felicidad.