Pasión y Química - 60 años de la Farmacia Corrientes

Amelia Presman | Corrientes

En paralelo -y en desventaja numérica- a una industria que impulsa las cadenas de farmacias cual supermercados de medicamentos; existen establecimientos que se remontan a los orígenes de la farmacopea. La Farmacia Corrientes es uno ellos. Trasponer la puerta de acceso es remontar el tiempo: la vista se extasía ante los anaqueles con añejos frascos de vidrio, los morteros de mármol, la desgastada balanza de pie, las fórmulas anotadas en cuadernos amarillos, y un persistente aroma, el de las vitaminas B2 y B1.
La fragancia amarga y fresca se queda adherida a la ropa. Este establecimiento es el más antiguo que se conserva en la ciudad que lleva ese nombre y desde hace 6 décadas pertenece a la familia Fridman.
Don Julio, el padre octogenario, y Gerardo, el hijo, son profesionales que lograron sostenerse en el tiempo en base a la honestidad y la capacidad. La elaboración propia de fármacos en base a recetas magistrales y a la anamnesis farmacéutica, son características esenciales de esta botica, que en medio de la vorágine consumista permanece inmutable, apostando día a día a la correcta y paciente explicación del tratamiento y al trato humano con quienes consultan.