Mujer bonita es la que lucha
Rocío Urzagasti | Salta
Este ensayo cuenta un poco de mi vida personal, mi mamá. Nunca me alcanzarán las palabras para describir lo que se siente cuando se recibe una noticia tan desgarradora. Hace ya casi un año, recibí un llamado que me dejaría sin aliento. Mi mamá diciéndome que “en los estudios de mama que se había hecho le salía un tumor”; una palabra que da mucho miedo. Fue ahí cuando con mis hermanos y mi pareja que empezamos a transitar con ella esta lucha.
Nunca me propuse hacer un trabajo documental sobre el cáncer de mama ni deseaba transmitir un mensaje en particular, a medida que los días iban pasando y comenzamos con los tratamientos de quimioterapia, era imposible no ver una foto de cada momento; su brazo en la codera del sillón recibiendo los remedios a través de un suero y mi mano sosteniendo la suya, son fotos que solo quedarán en mi memoria. Con el pasar de los días, empecé a notar como su cuerpo iba transmutando, la pérdida de su cabello, el debilitamiento de sus uñas… pero también su interior, la esperanza, su fé, el amor, y la confianza. Un verdadero ejemplo en todo sentido y ahí observándola, cada día la veía más bonita, mas luchadora, fuerte! … Los pañuelos en su cabeza, le resaltaba la claridad en su mirada, y fue entonces que iba retratándola cada vez que ella me lo permitía, siempre respetándola. Me sorprende como el amor puede ser la mejor medicina. Si bien mis tres hermanos y yo, siempre al pie del cañón para ella, decirle que todo iba a salir bien en cada estudio, cirugía, pero por dentro nos destrozaba el miedo y la impotencia, era ella la que nos levantaba con una sonrisa diciéndonos que estaba bien. Y así fué, duros meses de quimio, controles, dos cirugías de mastectomía (extirpación parcial de seno izquierdo); y al fin todo estaría bien, los médicos súper emocionados y sorprendidos por su fortaleza, nos dan la noticia de que todo había terminado, solo quedaba pendiente un tratamiento de rayos; porque si bien la quimio mata el hormiguero, pero pueden quedar hormigas dando vueltas, a modo preventivo y hasta rutinario era lo mejor.
Su intuición a lo mejor le decía que antes de los rayos debía hacerse un estudio más completo, un estudio que solo lo realizan en Bs. As.; acompañada por mi hermano viajó y la noticia no tan esperanzadora en terminar con el tratamiento nos decía que quedaron unos nódulos que hay que eliminar, así que es aún que sigue en tratamiento, es ahora que estamos más fuertes y valientes, para dar batalla a lo que viene; este ensayo aún no termina, queda pendiente, pero si concluyo esta primera etapa diciendo que “ de las espinas renace una flor, y es esa flor que se muestra con sus pétalos abiertos a recibir todo lo que viene”.