En marzo del 2014 completé un recorrido fotográfico de tres semanas por Guatemala. Viajé hacia mi tierra natal desde Nueva York, donde resido actualmente, con el propósito de documentar el trabajo que realiza el Sistema de Orquestas de Guatemala (SOG) una organización sin fines de lucro cuya misión es crear una red de nuevas orquestas sinfónicas que ofrezca una educación musical gratuita a la juventud de ese país. Me embarqué en el proyecto porque Guatemala está viviendo una ola de violencia sin precedentes. Frente a la desesperación y angustia cotidiana que se vive en mi país, el aprendizaje de la música clásica inculca solidaridad y disciplina.
También trae consigo esperanza, auto-estima, y la alegría de la cultura a las vidas de miles de niños que tanto necesitan de ellas para poderse desarrollar con mayor plenitud y libertad. Durante mi viaje, fotografié tres distintas orquestas. La pri-mera de ellas en el pequeño pueblo agrario de Santa Cruz de Balanyá. Esta orquesta fué fundada hace ya una década por Edrás Nehemías, un agricultor y músico local. El maestro Nehemías logra mantener y financiar esta orquesta a través de los frutos de su cosecha anual de vegetales. Mi segundo destino fue una orquesta rural en una pueblo más grande. Esta cuenta con 50 músicos y funciona bajo los auspicios de la municipalidad de Carchá en Alta Verapaz.
Al inicio, antes de hacerse acreedores del patrocinio municipal, un grupo de cinco músicos fundadores preparaban burritos para vender en el mercado local y así poder adquirir instrumentos músicales. La tercera y última orquesta que fotografié se conforma del alumnado de la escuela católica San Judas Tadeo. La misma se encuentra úbicada en la Colonia Santa Fé de la ciudad de Guatemala, un barrio que sufre un alto índice de criminalidad y violencia. Durante meses esta escuela vivió un verdadero estado de sitio a manos del crímen organizado quienes buscaban someterla a una extorsión monetaria. En varias ocasiones los “mareros” -como se les conoce a los pandilleros en Centro América- dispararon contra las instalaciones, el personal y el alumnado de la escuela.
Actualmente, el perímetro de la misma está rodeado de alambre espigado y custodiado por guardias armados. El Sistema se interesa particularmente por la manera en que la vida turbulenta de Guatemala impacta al proyecto didáctico y las vidas de la juventud del país. Sin embargo, estas fotografías también son un testamento de la fuerza espiritual de la música y como su práctica ayuda a elevar nuestra humanidad por encima de la desesperación, trayendo consigo luz y esperanza a una sociedad en crisis.
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