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Noise

Leo Guardianelli | Chaco

Fotografías tomadas en Resistencia (Chaco) y San Cristóbal de las casas (Chiapas).
La búsqueda de experiencias diferentes y mixturas que dejan atrás la dicotomía de belleza/fealdad ha sido desde el Romanticismo, pero especialmente en la vanguardia moderna, uno de los hilos conductores de la producción artística.
Esto se debe a que la búsqueda de nuevos horizontes estéticos permitió al arte adoptar un rol político de negación de la cultura tradicional, que funciona como representante simbólico de las relaciones y las jerarquías sociales establecidas. Se desarrollan así propuestas respecto a la emancipación de la subjetividad como liberación crítica de la “normalidad” de la ideología dominante y con ello, nuevas visiones sobre lo que es agradable estéticamente. En este contexto aparecen artistas sonoros como Luigi Russolo (Futurista) o Edgar Varese, que trabajan con ruidos, entendiendo que los mismos amplían la capacidad expresiva de los sonidos agregando texturas y timbres variados a las ya tradicionales melodías, armonías y ritmos.
A finales del SXX, con la influencia de la distorsión de la música rock a flor de piel aparece un género denominado “noise” (Ruido), el cual en líneas generales se plantea como una forma de hacer música que no distingue entre sonidos musicales y no-musicales. Pero además, a través del uso de técnicas experimentales se cuestiona la tradición técnica de tratar de eliminar las imperfecciones sonoras en la grabación, dando origen a lo que luego se convertiría en el estilo “lo-fi”. Resulta relevante este trayecto en la historia de la música pensándolo en comparación a un elemento de la fotografía que puede ser considerado una analogía del ruido sonoro y también es considerado como error: El ruido o granulado.
En el arte fotográfico las transgresiones en lo considerado “bello” ha tenido vaivenes dignos de una reflexión crítica. El preciosismo técnico ha dado lugar a propuestas diferentes en muchas ocasiones, sin embargo se sigue considerando que el ruido producto de altos niveles de ISO es un error, sobre todo en la fotografía digital, en la cual el granulado produce además aberraciones cromáticas. En lo particular a mi siempre me resultó algo interesante, con alto contenido poético. El ruido fotográfico es fruto de aquellas tomas en circunstancias donde hay muy poca iluminación, por lo cual son reflejo de experiencias del mundo de la noche. A esto se suma su carácter fantasmagórico, teniendo en cuenta que el ruido que se ve en las imágenes no es algo que la cámara capta, sino una consecuencia de la extrema sensibilidad a la que se somete el material fotosensible. Es decir que el ruido se genera en la cámara, no en el referente (el modelo fotografiado), por lo tanto es una analogía de la subjetividad. Por ultimo cabe recordar que el ruido suele darse mas en cámaras y materiales fotosensibles de menor calidad, por ende refiere a una tecnología lo-fi (de bajo presupuesto), que remite al uso cotidiano, inexperto o amateur de la fotografía, generando así una sensación de intimidad mayor. Es por estas razones que hace años exploro el uso de altos niveles de ISO en fotos nocturnas, llevando al extremo aquellas deformaciones oníricas que generan, como si fuera una distorsión rockera o un reflejo visual de situaciones del tipo punk rock.