La presente obra propone el recorrido por las inmediaciones de un aeropuerto desde la mirada de un personaje que lo circunda bajo los efectos del Jet Lag. El Jet Lag también conocido como síndrome del cambio rápido de zona horaria, síndrome transoceánico, descompensación horaria, disritmia Circadiana o síndrome de los husos horarios es un desequilibrio producido entre el reloj interno de una persona (que marca los periodos de sueño y vigilia) y el nuevo huso horario que se establece al viajar largas distancias a través de varias regiones horarias. Un pequeño periplo fotográfico desde el encierro, donde el personaje va topándose con diversas capas de la realidad aeroportuaria, atravesado por el desequilibrio en su reloj biológico y el ensimismamiento propio de síntomas como somnolencia, irritabilidad, confusión y efímeras fallas en la memoria.
Hasta ahí el trabajo se proyecta desde una vertiente de índole íntima y personal, un recorte subjetivo de la realidad planteada. No obstante, la propuesta es susceptible de un abordaje de corte investigativo o teórico que ubica al personaje en el “No Lugar”, concepto acuñado por el antropólogo Marc Auge que reflexiona sobre la identidad del individuo en función de su relación con los lugares cotidianos y la presencia de la tecnología. Subyace la pérdida de identidad o despersonalización que convierte al personaje que vaga por el aeropuerto en un individuo sin rostro, determinado por la artificialidad en la comunicación, donde lo único que lo define es su DNI o Pasaporte. Abordajes más actuales sobre la teoría de Auge plantean una contrapartida que se desglosa desde el desarrollo de un código cultural de consumo que confiere un lugar de privilegio al viajero, convirtiendo al No Lugar en un cruce de relaciones humanas que revierten en alguna medida el trasfondo existencialista desarrollado por Auge hacia un abordaje más positivo.
El trabajo exhibe a la vez que interroga por la identidad desde estos lugares de uso común, que hoy por hoy proyectan versatilidad en un mundo y realidad híper conectados.
Abordaje Técnico.
La puesta consta de un complejo de tres recursos estéticos que completan la idea planteada.
Pasaporte
En consonancia estética con lo arriba expuesto, el trabajo será presentado en forma de Pasaporte o pequeño foto libro que respeta las proporciones y material cual si se tratase de un Documento Personal real. El pasaporte consta de catorce páginas que intercala fotos en inmediaciones aeroportuarias con pequeñas frases que aluden a los diferentes estados de ánimo que el personaje vive desde una fatiga física y emocional a causa del Jet Lag. El tamaño del pasaporte es de 9 x 12,5 cm, con la idea de agrandarlo 1 cm por lado.
Díptico
Acompaña al pasaporte un díptico con dos fotos ícono representativas del trabajo cuyo tamaño es de 85 x 65 cm. Díptico impreso en vinilo laminado de alta calidad sobre placa de vidrio de 8 mm. Primeramente la intención era montar el díptico sobre una placa de acrílico simbolizando los soportes publicitarios y señalética aeroportuaria, pero debido al alto costo del acrílico la solución más asequible fue usar el vidrio. Auriculares El montaje se cierra con la instalación de auriculares donde se reproduce una pista con sonido ambiente de aeropuerto, recurso que termina de completar el complejo del montaje que propone una experiencia estético visual, física (en cuanto a que el pasaporte es un elemento que el espectador debe intervenir para adentrarse en la propuesta) y finalmente auditiva.
Montaje
El pasaporte y los auriculares serán presentados en un exhibidor de acrílico. En el caso del pasaporte el mismo descansa sobre el exhibidor como si se tratase de folletería publicitaria, en forma vertical. La reproducción de la pista ambiente a través de los auriculares será resuelta conectando los mismos a un mp3 contenido en una pequeña caja de acrílico o similar, fortaleciendo la idea de elemento tecnológico de uso recreativo que sirve como distracción durante el vuelo o las largas esperas en los aeropuertos.
En cuanto al díptico, el mismo al tratarse de una placa de vidrio que oscila entre los 6 y 8 kg es preciso que sea amurada a la pared con tornillos tirafondo número 10. Primeramente se había pensado en llevar a cabo la instalación del díptico colgando de dos cables de acero que lo sostengan desde el techo. No obstante dicha puesta está supeditada al posible lugar de exposición y a los recursos que ofrezca el mismo. Por tal motivo se propone la opción más práctica arriba mencionada.
En cuanto a la iluminación de la puesta lo óptimo sería la colocación de una cenital sobre el díptico y otra luz nadir desde el suelo que destaque al pasaporte y auriculares.
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