En un país, una ciudad, en la ciudad un barrio, en el barrio una cuadra, en la cuadra un edificio, y en un departamento entre otros, nací. Mi familia aún vive ahí. Hace 20 años me fui de esas 4 paredes pero ¿Siguen existiendo dentro de mí? ¿Es tan fácil para las personas cambiar? ¿O siempre se vuelve al mismo lugar? Los problemas tienen la magnitud que las personas sufran, una piedra más en el camino o un risco imposible de ascender para llegar a una inaccesible cima plana y tranquila.
Uno tras otro ¿Los malos negocios pueden ser producto de la mala suerte igual que sucede en el juego? Sentirse un capitán en el casino, o un barquito de papel en el mar. Tarde papá vio que de la pobreza se sale pero se puede volver. ¿Que pasa si los miedos nunca se enfrentan? ¿Acaso no se transforman en algo cada vez más grande, una bola de nieve difícil de frenar? ¿Y que pasa si esta forma de vivirlos se transmite generación tras generación? Mamá sueña mucho que está en un barco y viene una ola gigante y se ahoga. Una enfermedad puede ser absolutamente determinante según se la perciba. Mi hermana, sintió y le ayudaron a sentir que la suya era limitante, tabú, causa de sus males, y ella así lo creyó.
Pese a esto, se casó y se fue a vivir cerca del mar, pero en un par de años la muerte hizo lo que quiso, como lo hacen las olas. Y entonces volvió. Ahora, 20 años después todo sigue igual entre esas 4 paredes.
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