La cosmoecología Mbyá-Guaraní Las fábulas míticas de los Mbyá presentan conocimiento filosófico sobre la existencia humana y demuestran un saber detallado acerca de los elementos del paisaje y de los ciclos astronómicos, climáticos y meteorológicos típicos del ambiente subtropical en que viven. El cuadrante sur es la dirección predominante de los vientos fríos de invierno. El norte es la dirección de los vientos cálidos de verano y a donde se disloca la órbita del sol en determinada época del año. La neblina y su frescor, experimentados por los Mbyá en el ambiente de la selva luego que la primavera despunta, son vividos como indicios de un nuevo ciclo de vida.
El este es la referencia del alba y del nacimiento de cada nuevo día de sol. El oeste representa el equilibro traído por las lluvias de verano - las aguas que aplacan el calor, tranquilizan los ánimos e irrigan la tierra, las plantas y los animales. La mitología Mbyá reverencia a los astros celestes, las plantas y sus flores, los pequeños animales como el colibrí, la lechuza, la cigarra, el saltamontes, el renacuajo, el armadillo y el lagarto. Todos son comprendidos como reflejos terrenales de las fuerzas creativas del cosmos y por eso tienen una participación importante en la composición del sentido integral, cosmológico y existencial del Saber Mbyá.
El conocimiento Mbyá es preciso en la cartografía y la designación de las distintas regiones que componen su territorialidad continental. La toponimia fijada por la geografía histórica y contemporánea lo demuestran, puesto que, en todos los países donde habitan, son abundantes los nombres de accidentes geográficos ríos y lugares que tienen reconocido origen Guaraní. La cosmoecología Mbyá-Guaraní clasifica la Región del Plata en cuatro unidades geográficas, organizadas en una secuencia que empieza en el interior del continente y termina en el litoral atlántico. En el territorio actual de Paraguay está localizado Yvi Mbité, el centro del mundo, resurgido después del diluvio primigenio - una región otrora recubierta por una densa y exuberante selva, como los Mbyá creen que haya sido todo el disco terrestre en el momento de la creación. El sustrato acuático no se apartó completamente en la nueva Tierra, inundando así la región al este del centro del mundo y constituyendo Pará-Miri (Mesopotamia Paraná-Uruguay, actualmente la provincia de Misiones en Argentina).
En la banda oriental del río Uruguay, adentrase la región del Tape (el camino tradicional), zona de circulación y acceso al borde del estrato acuático, la grande agua (Pará Guaçu), a que la geografía llama Oceano Atlántico. Estas unidades cosmoecológicas sobreviven a pesar de las intensas luchas de frontera que resultaron en la división del territorio Guaraní entre los países del actual Mercosur y en la muerte de muchos indios. El pueblo Mbyá fue comprimido por las sociedades nacionales, encavado en las últimas selvas que existen, después de la devastación maderera. Ellos se alejaron cada vez más del eje fluvial de su antigua vida tribal,viviendo tan al margen de la legalidad entre los países de la región cuanto los contrabandistas que se utilizan de los ríos. En la República del Paraguay, los Mbyá son vistos todavía como salvajes primitivos.
Es Para Miri que aún preserva la dimensión fluvial del originario modo de ser Guaraní, de cuando los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay desembocaban en el centro de su mundo y sus antiguas canoas y casas colectivas ornamentaban el paisaje. Actualmente, es la región de Misiones que concentra la mayor porción de selva preservadaentre las unidades geográficas Mbyá.
Texto de José Otávio Catafesto
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